Hola
chicos/as de Compensatoria. ¿Qué tal? Ya pronto vacaciones!!! Bueno, hoy os he preparado dos cositas
de lectura:
.-
la introducción del libro “Cuentos por teléfono” de Gianni Rodari que hemos
estado trabajando. En ella explica lo que os conté del señor Bianchi, que era
viajante de comercio y cada día tenía que llamar por teléfono a su hijita para
contarle un cuento. Pero bueno, leedlo que está mejor que lo que yo os cuento.
.-
También os he seleccionado otro cuento del libro: “Vamos a inventar los números”.
Es muy imaginativo, como todos, y veis que uno de los protagonistas se inventa
una tabla haciendo rimas con la tabla del tres… Pues habéis acertado, el
trabajo consistirá en hacer lo mismo: tenéis que inventar una tabla con rimas siguiendo
el ejemplo de esta pero con las otras tablas (la del 2, 4, 5… 10, 11, 12…) si
queréis podéis hacer dos o tres y, si alguien se anima mucho puede hacer todas
las tablas (del 2 al 9) en poesía, se le tendrá en cuenta.
Por
último quiero señalaros que en italiano pasa como en España, en cada zona hay
un acento especial por eso lo del final cuando dicen los números a la manera de
Módena y de Roma, dos ciudades italianas, una de ella la capital, ya lo
sabíais, no?...Es broma.
Un
abrazo y que os gusten las lecturas y el trabajo que os propongo. Cuidaros. Mi
correo: jagrnava@gmail.com
José
Antonio Profe Compen. Madrid, 1 de abril de 2020.
CUENTOS POR TELÉFONO - GIANNI RODARI
Érase una vez... ... el señor Bianchi de
Varese. Su profesión de viajante de comercio le obligaba a viajar durante seis
días a la semana, recorriendo toda Italia, al este, al Oeste, al Sur, al Norte
y al centro, vendiendo productos medicinales. El sábado regresaba a su casa y
el lunes por la noche volvía a partir. Pero antes de marcharse, su hija le
recordaba:
-
Ya sabes, papá: un cuento cada noche.
Porque
aquella niña no podía dormirse sin que le contaran un cuento, y su mamá le
había explicado ya todos los que sabía, incluso tres veces.
Y
así cada noche, estuviera donde estuviese, el señor Bianchi telefoneaba a
Varese a las nueve en punto y le contaba un cuento a su hija. Este libro es,
pues, precisamente el de los cuentos del señor Bianchi. Veréis que todos son un
poquito cortos, claro, el señor Bianchi tenía que pagar las conferencias de su
bolsillo y por eso no podía hacer llamadas muy largas. Solo alguna vez, cuando
había realizado un buen negocio, se permitía unos minutos de más. Me han dicho
que cuando el señor Bianchi telefoneaba a Varese, las señoritas de la telefónica
suspendían todas las llamadas para escuchar sus cuentos. ¡Claro! Algunos son
tan bonitos....
Vamos a inventar los números
-
¿Por qué no inventamos los números?
-
Bueno, empiezo yo. Casi uno, casi dos, casi tres, casi cuatro, casi cinco, casi
seis.
- Es demasiado poco. Escucha estos: un
remillón de billonazos, un ochete de milenios, un maravillar y un maramillón.
-
Yo entonces me inventaré una tabla:
Tres
por uno, concierto gatuno,
tres
por dos, peras con arroz
tres
por tres, salta al revés
tres
por cuatro, vamos al teatro
tres
por cinco, pega un brinco
tres
por seis, no me toquéis
tres
por siete, quiero un juguete
tres
por ocho, nata con bizcocho
tres
por nueve, hoy no llueve
tres
por diez, lávate los pies.
-
¿Cuánto vale este pastel?
-
Dos tirones de orejas.
-
¿Cuánto hay de aquí a Milán?
-
Mil kilómetros nuevos, un kilómetro usado y siete bombones.
-
¿Cuánto pesa una lágrima?
-
Depende: la lágrima de un niño caprichoso pesa menos que el viento, y la de un
niño hambriento pesa más que toda la tierra.
-
¿Cuánto mide este cuento? - Demasiado.
-
Entonces inventémonos rápidamente otros números para terminar. Los digo yo, a
la manera de Modena: unchi, doschi, treschi, cuara cuatrischi, mi mirinchi, uno
son dos.
-
Yo entonces voy a decirlos a la manera de Roma: unci, dusci, trisci, cuale
cualinci, mele melinci, rife rafe y diez.
CUENTOS POR TELÉFONO -
GIANNI RODARI